Una ballena vence a los principales bancos del mundo
Una campaña ecologista obliga a Credit Suisse y BNP Paribas a condicionar un préstamo a una petrolera
El enemigo a batir era Shell, el gigante petrolero y gasístico con cuarteles generales en La Haya (Holanda). Shell era la principal accionista de Sakhalin Energy, la empresa que a comienzos del milenio anunció un proyecto de 20.000 millones de dólares para ampliar sus instalaciones con dos nuevas plataformas en Sajalín y un oleoducto submarino. Y Shell hacía oídos sordos a las críticas de las organizaciones ecologistas. El proyecto podía ser la